Timpanoplastia con revisión cadena osicular


¿Qué es una timpanoplastia? 

La timpanoplastia es el tratamiento quirúrgico que se ocupa de tratar los problemas y las enfermedades del oído medio. Principalmente, la intervención consiste en la reparación de la membrana timpánica para cerrar así su perforación. 

El tímpano es una parte fundamental en el proceso auditivo. Como tal, el tímpano es una membrana que se encuentra en el oído medio, separándose del oído externo. Gracias a su vibración, el tímpano puede transformar las ondas sonoras que llegan oído externo hacia el cerebro. El objetivo de la timpanoplastia es reconstruir la membrana timpánica y su mecanismo de transmisión, así como lograr una buena posición, estabilidad y movilidad para el tímpano. La timpanoplastia se realiza normalmente bajo anestesia general y su duración oscila entre dos y tres horas. 

¿Por qué se realiza la timpanoplastia? 

La timpanoplastia se lleva a cabo cuando existe daño o una perforación en el tímpano de una persona, un hecho que reduce la capacidad auditiva de quien lo padece, además de hacerle más propenso a sufrir infecciones de oído. 

Existen diversas causas por las que se puede dañar el tímpano: 

  • Existe una infección severa en el oído 
  • El paciente ha sufrido un traumatismo 
  • Se ha introducido alguna cosa en el interior del conducto auditivo 
  • Se ha realizado una cirugía para poner tubos de timpanostomía 

Normalmente, el especialista esperará al menos seis semanas para recomendar la cirugía una vez que se ha identificado la perforación o el daño en el tímpano. La timpanoplastia se puede realizar en los siguientes casos: 

  • El agujero o la abertura del tímpano son grandes 
  • Existe una infección de carácter crónico en el oído y los antibióticos no funcionan
  • Existe una acumulación de tejido en torno al tímpano 

Estos problemas pueden afectar a los huesos pequeños que se sitúan tras el tímpano. En el caso de que suceda, se puede llevar a cabo una osiculoplastia. 

¿En qué consiste la timpanoplastia? 

La timpanoplastia se lleva a cabo con anestesia general tanto en adultos como en niños, aunque en algunos casos puntuales se utiliza anestesia local con medicación para dormir. Una vez dormido el paciente se inicia el proceso de la timpanoplastia, que normalmente tiene una duración que oscila entre las dos y las tres horas. 

Existen diversas formas de abordar la timpanoplastia, aunque la mayoría de intervenciones se realizan con una incisión en la parte trasera de la oreja. 

Siempre que sea posible, de cara a la reconstrucción del tímpano se utilizarán injertos, siendo la fascia temporal con cartílago los injertos predilectos por los especialistas. 

Preparación para la timpanoplastia 

Una vez identificado y diagnosticado el problema existente en el tímpano, el especialista esperará al menos seis semanas para recomendar o no la realización de la reparación del tímpano. Una vez que se ha decidido hacer la cirugía, el paciente debe comentar con el especialista y su equipo en una entrevista su historia clínica, a qué medicamentos o productos es alérgico, y qué fármacos se están tomando. 

A su vez, deben seguirse las siguientes pautas: 

  • No comer ni beber alimentos 8 horas antes de la hora de su cirugía (ayuno de 8 horas)
  • En el caso de sentir molestias antes de la intervención o presentar salida de secreción por oído, comentárselo al especialista, ya que es probable que la intervención se posponga. 

Cuidados tras la timpanoplastia 

Una vez realizada la cirugía, el paciente estará ingresado en el hospital, el periodo de estancia hospitalaria varía en función de cada caso, aunque es habitual que pueda volver a casa en unas horas. 

El paciente puede sentir molestias en el oído, tal y como mareos, sensación de adormecimiento en la cara o incluso hemorragias en la zona tratada. 

Para proteger el oído tras la cirugía, al paciente se le colocarán tapones en el oído durante los primeros cinco a siete días. En algunas ocasiones, se utiliza un apósito que cubra por completo el oído. 

Tras la intervención, el paciente debe seguir las siguientes recomendaciones con firmeza:

  • Evitar la entrada de agua en el oído. Al ducharse o lavarse el pelo, el paciente debe ponerse un algodón en la oreja y cubrirlo con vaselina. 
  • No debe estirar los oídos de súbito o sonarse la nariz. En casos de necesitar estornudar, debe hacerlo con la boca abierta. 
  • Se debe evitar nadar y viajar en avión la primera semana

En el caso de que el oído presente alguna secreción, deben limpiarse suavemente, siempre estar alerta, que no tenga mal olor. Es posible que en la primera semana se le recomienden gotas. Poco después de la cirugía, se pueden notar dolores punzantes o chasquidos en el oído, aunque el paciente no debe preocuparse, ya que es totalmente normal. También es importante evitar los resfriados, por lo que se recomienda evitar lugares con mucha gente. 

https://youtu.be/vWEZopk-YRI

Alternativas a la timpanoplastia 

Hoy en día, la única alternativa a la timpanoplastia es evitar la intervención, realizando un seguimiento exhaustivo del estado del oído. 

Si la perforación en el oído es seca y esta no supura, puede adoptarse una actitud de espera, aunque es cierto que el oído perforado tiene más posibilidades de padecer infecciones y de pérdida de capacidad auditiva, por lo que se recomienda la operación. 

En el caso de que exista supuración crónica, el riesgo de pérdida auditiva y de otras complicaciones menos frecuentes como la mastoiditis, la parálisis facial o la meningitis hacen que la intervención sea necesaria. Por otro lado, en el caso de que exista una pérdida de audición, pero con el tímpano en buen estado e íntegro, la alternativa será utilizar y adaptar una prótesis auditiva. 

Fuente: https://www.topdoctors.es

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